Así decimos hasta pronto al Principito

LAS PERSONAS MAYORES

Me gustan las Personas Mayores
Defiendo a las Personas Mayores.
Crecemos.
Dejamos atrás la infancia, para continuar construyéndonos.
Intentamos.
Tratamos.
Intentamos encontrar nuestro lugar, y lo cuidamos: lo regamos, lo deshierbamos, lo deshollinamos.
Tratamos de elegir una profesión,

de aprender a dirigir,

de cuidar nuestra apariencia,

de buscar maneras de ganarnos la vida,

de trabajar con disciplina, 

de ilustrarnos y seguir aprendiendo…

Y nos equivocamos mil veces en nuestros racionamientos, pero volvemos a intentarlo.
Ponemos todo nuestro empeño y talento para arreglar las averías y seguir el vuelo.
Las personas mayores sabemos lo que es domesticar. Nos entregamos.
Sufrimos de soledad y salimos al encuentro de los otros.
Aún siendo demasiado jóvenes para saber amar, luchamos por elegir una flor

y cuidarla

y dejarla

y añorarla.

Nos curamos la tristeza con las puestas de sol.
Nos esforzamos por sobreponernos.

Porque fuimos niños, y por que ahora somos personas mayores, las Personas Mayores lloramos al leer en voz alta El Principito.
Trabajamos por regar amorosamente nuestras flores, deshollinar cuidadosamente nuestros volcanes y deshierbar laboriosamente lo que pueda dañar nuestro pedazo de Tierra.

Analú del Valle Prieto

El pequeño príncipe me cimbro  en dos sentidos, el primero me mueve y conmueve por la lejanía que podemos llegar a tener entre (el niño) el yo niño y el "adulto", entre lo inocente, curioso, bueno, interesado y noble de nosotros mismos....para nosotros....y para otros; y como vos construyendo un No ser, tomando y aceptando modelos de vida que distan mucho de nuestro yo planetario original.
 
El segundo movimiento me llevo profundamente dentro de mi..... Me hizo llorar....frente a la evidencia de saberme DOMESTICADA y DOMESTICADORA.

El pequeño príncipe será para mi un anclaje, la mejor referencia cundo haya que preguntarse que es vivir la vida.

Karla Valdés




El pequeño príncipe nos sensibiliza a ser más observadores de nosotros mismos, a  aprender a escuchar  y dedicarle más tiempo al otro.
También nos hace reflexionar que se puede disfrutar de la soledad  ya que en ella te encuentras a ti mismo. Y nos deja una gran interrogante :
¿Porqué tener miedo a la soledad?,¿será que tienes miedo a conocerte?, ¿qué te niegas a ti mismo?

Martha Vicarte

EL PEQUEÑO PRÍNCIPE O EL DESCUBRIMIENTO DE LO REALMENTE IMPORTANTE

Ésta pequeña historia nos muestra como en lo simple se puede esconder lo trascendente o cómo lo pequeño en lo grande.

Lo importante es simple y está en lo esencial de cada ser. Lo esencial de cada persona está en la inocencia e ingenuidad de la propia infancia que sobrevive dentro de cada quien. Todo está en atreverse en recuperar la infancia y a abandonar a nuestro pequeño vanidoso, bebedor, farolero... que nos sabotea la tarea.

Éste es un libro sobre el sentido de la vida, incluyendo a la muerte como una parte de ella.

Maviael Dávila Gutiérrez


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