Momo (II)

25 de febrero de 2013

Argumento del capítulo 7 al 13
 
Momo, Gigi y Beppo se dan cuenta que cada vez los visitan menos sus amigos, por lo que Momo decide ir a buscarlos. Todos desean regresar, algunos lo hacen pero otros ya están completamente sometidos a los hombres grises y ya no tienen tiempo. Derivado de que los adultos están cada vez más ocupados, el anfiteatro recibe de visita mucho más niños, porque ya nadie tiene tiempo para ellos.
 
Los hombres grises se dan cuenta de que Momo se ha atravesado en su camino por lo que un día ella se encuentra una muñeca que le parece bastante aburrida. Un hombre gris la aborda y trata de convencerla de que deje a sus amigos porque ahora la muñeca perfecta le puede hacer compañía. Momo no se deja convencer y simplemente trata de escuchar al hombre gris, como lo hacía con los demás. El hombre gris le confiesa la intención de robar el tiempo de los hombres y huye del lugar aterrorizado de darse cuenta de lo que ha dicho.
 
Momo y sus amigos tratan de pensar cómo ayudar a los que han sido convencidos por los hombres  grises. Organizan una manifestación en la que pretenden comunicar el peligro en el que se encuentran y los convocan a una asamblea a la que no acude nadie, porque han pasado desapercibidos, excepto para los hombres grises quienes deciden apoderarse de Momo ya que la consideran una gran amenaza.
Momo es visitada por Casiopea, una tortuga que la ayuda a escapar y la conduce a la presencia del maestro Hora. Mientras tanto Gigi y Beppo son convencidos por los hombres grises de que deben ahorrar tiempo. Los hombres grises los toman como rehenes con la intención de presionar a Momo para que los conduzca con el maestro Hora.
 
En la casa de Ninguna parte donde vive el maestro Hora, Momo repone sus fuerzas y se le develan los secretos del tiempo a través de las "flores horarias".  El tiempo de los hombres se guarda en el corazón y sólo ellos pueden decidir qué hacer con él y defenderlo. Momo regresa al anfiteatro con Casiopea y se encuentra completamente sola.

Reflexiones del capítulo 7 al capítulo 13
 
En la entrada anterior ya se había mencionado que esta novela de Michael Ende resulta ser un tratado del tiempo y una crítica a la sociedad moderna.
 
En la actualidad si hay algo que cuesta a los seres humanos es soportar el silencio, es un signo de nuestros tiempos. No gusta enfrentarse al silencio porque en él las personas se encuentran; propicia la armonía con el universo y consigo mismo; es aquella vocecita que se lleva dentro que orienta, ayuda y tranquiliza. Sólo a través del silencio se puede escuchar, como lo hace Momo. Cuando se pierde el silencio se pierde uno mismo. Precisamente ayudar a reencontrarse es la misión de Momo para con sus amigos. Escuchar a otros hace olvidarse de sí mismo y escuchar es un regalo también, como cuando Momo le pide a Gigi que le cuente una historia.
 
La paradoja es que el sistema de vida actual propicia y exige el ruido para que funcione, de ahí la preponderancia de los medios masivos de comunicación. Los hombres grises representan al sistema, su misión es alejarte de tu propia naturaleza. El sistema busca que no haya placer, porque en teoría eso te impedirá producir; cuando la realidad demuestra que una persona plena y contenta es mucho más productiva y feliz. Las rutinas actuales producen una pérdida de la identidad.
 
Los juguetes perfectos que ahora llevan los niños al anfiteatro y la misma muñeca con la que los hombres grises tratan de sobornar a Momo propicia la falta de creatividad y el aburrimiento en los niños. Su intención es evitar la imaginación y la fantasía porque es la que ayuda a encontrar y dar otro sentido a la vida.
 
La esposa del fontanero no se contamina de los hombres grises porque tiene un bebé y un tío viejo que cuidar. Eso la protege porque es lo más humano que tiene.
 
La primera estrategia de Momo y sus amigos en contra de los hombres grises --decirles a todos sus intenciones-- no es suficiente y no sirve porque la narración no genera la experiencia que sí da tener la conciencia de las cosas.
 
Los hombres grises no son capaces de atrapar a Momo y a Casiopea porque no pueden contra la calma y la paciencia y esa actitud de "tener todo el tiempo" para hacer lo que se quiere. Las personas que han sido consumidas por los hombres grises andan de prisa, están drenados y agotados. No les queda energía para nada. La clave  de los hombres grises es que sus víctimas no se dan cuenta. La clave de la sociedad moderna y de los sistemas que la rigen, es que no te des cuenta.
 
En la entrada a la casa de Ninguna Parte, se encuentran varias referencias a Lewis Carroll y sus Alicias: caminar hacia atrás, un cartelito en una pequeña puerta; es decir, situaciones ridículas y absurdas. Ante los hombres grises, o los sistemas cuadrados de hoy, sólo queda como alternativa lo absolutamente absurdo, sólo con ello puedes golpearlos: se tiene que "andar contra corriente", hay que ir hacia atrás.
 
Lo primero que el maestro Hora da a Momo es comida dulce, lo más fundamental y mas primigenio. Es casi materno y la llena de ternura. La primera naturaleza humana es la corpórea o la animal y es la primera que se satisface. Este acto se dirige a las necesidades humanas básicas.
 
¿Quién es el maestro Hora?
  • Es la muerte.
  • Es Dios.
  • Es el ciclo de la vida. Vida que incluye la muerte y el tiempo que transcurre en ella, por eso empieza la visita con la alimentación.
Con el maestro Hora, Momo recupera sus fuerzas y la prepara para la batalla.
 
La música del tiempo ayuda a Momo. La música ayuda a concentrarse y también a apreciar el silencio. Te ayuda a ir para adentro.

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